Mallorca es uno de los destinos españoles más visitados por los turistas, sobre todo en verano, pero es mucho más que sol y playa. En tan solo tres días puedes combinar visitas urbanas, playas idílicas, montañas y buen ambiente, si te organizas bien. Por ejemplo, puedes organizar rutas, cultura, descanso y mar en un fin de semana largo, ideal si quieres conocer lo esencial en pocos días, así que combínalo con alguna de las excursiones en mallorca para aprovechar mejor el tiempo y a disfrutar.
Palma, historia y miradores como primera parada
Empieza el día en la capital, Palma de Mallorca, pasea por sus calles y descubre el ambiente que tiene entre el pasado y la modernidad. Visita la Catedral de Palma, su arquitectura gótica y su fachada junto al mar dan una idea clara de la historia de la isla. Desde allí, cruza hasta la Palau de l’Almudaina, el antiguo palacio real, para recorrer sus patios y torres, y tomar perspectiva sobre el desarrollo histórico de Palma. Tras esto, pasea por el casco antiguo: callejuelas medievales, plazas, pequeñas tiendas y rinconcitos con ese aire tan especial de la isla.
A mediodía, baja hacia el barrio de La Lonja de Palma y sus alrededores. Sus callejones y plazas, así como los cafés y restaurantes cercanos, son el sitio perfecto para pararse a tomar algo.
Para terminar el día, puedes subir hasta el Castell de Bellver al atardecer. Desde sus terrazas, la vista sobre la bahía de Palma y la ciudad al caer la tarde te regalará una panorámica única. Es un sitio precioso y perfecto para hacer alguna foto y finalizar tu primera jornada de turismo.
Serra de Tramuntana y pueblos esenciales
Mi zona preferida de la isla. El segundo día lo puedes dedicar a visitar la Sierra de Tramuntana y algunos de los pueblos que mejor reflejan la esencia de Mallorca. Sal de Palma hacia Valldemossa, pueblo de piedra donde la tranquilidad reina (excepto en temporada alta). Piérdete por sus callejones (algunos con cuestas, todo hay que decirlo), descubre rincones con flores y puertas de madera, y si puedes, visita su antigua cartuja. El aire de montaña y la sombra de las paredes de piedra invitan a relajarse y conectar con la historia de Mallorca.
Desde Valldemossa, continúa hacia Deià, pequeño pueblo costero-montañoso, con un ambiente que combina naturaleza y calma. Las casas antiguas, el entorno verde y las vistas específicas del paisaje mediterráneo invitan a pasear despacito. Luego, dirígete a Sóller, atravesando carreteras con curvas suaves y paisajes de colinas y bosques. El trayecto por la carreteras panorámica MA-10 ya es un
Otro pueblo imprescindible para visitar es Sóller, pasea por su plaza central, disfruta del aroma de los naranjos y sientate a tomar algo en uno de sus muchos restaurantes, se come de escándalo en la mayoría de sitios. También puedes hacer alguna ruta de senderismo por la zona. Hay muchas opciones con diferentes niveles de intensidad o longitud.
Este segundo día combina naturaleza, pueblos típicos y montaña. Aquí apreciarás la gran diversidad de opciones que Mallorca ofrece.
Calas paradisíacas y rincones naturales
Para el tercer día, proponemos un recorrido por algunas de las calas y rincones naturales más bonitos de la costa, espacios protegidos donde se cuida el mar y la vegetación. Comienza temprano rumbo a Caló des Moro: su acceso no siempre es fácil, pero su agua turquesa y su entorno casi escondido merece la pena. Llegar al amanecer o a primera hora ayuda a disfrutar del lugar con calma y evitar aglomeraciones.
Después, dirígete a Cala Llombards, una cala más accesible, con playa de arena clara y un ambiente familiar. Es un buen sitio para descansar, nadar o simplemente disfrutar del sonido del mar. Si te animas a algo menos convencional, puedes plantearte una escapada a Cala Varquez, más salvaje, con un entorno natural sin urbanizar, ideal para quienes buscan una experiencia distinta o sentirse un poco más aislados.
Para diversificar, puedes incluir un mirador como Mirador d’Es Colomer (desde zona norte de la isla) o Sa Foradada, puntos desde donde las vistas al Mediterráneo y a acantilados marcan un final de viaje especial. Si te apetece aventura, hay opciones como caminar por senderos cercanos, explorar cuevas pequeñas o contemplar el atardecer desde un acantilado mirando al mar: formas de cerrar la escapada sintiendo la amplitud del horizonte.

Consejos finales para visitar Mallorca
Para moverte con libertad, te recomiendo un coche de alquiler ya que sólo así llegarás a pueblos y montañas más alejados. Es la mejor opción para moverse en la isla.
La mejor época para una escapada de tres días suele ser primavera u otoño, cuando el clima es templado, hay menos aglomeraciones y los paisajes resultan más agradables. En verano hay calor y turismo intenso por lo que es menos tranquilo.
Lleva calzado cómodo para caminar y algo de ropa ligera, pero también un pañuelo o sudadera por si hay brisa en zonas de montaña o costa. Respeta el entorno: muchas calas y senderos conservan su belleza porque hay pocos accesos y es importante no dejar residuos. Organiza los días con tiempo razonable, nosotras siempre recomendamos que es mejor disfrutar con tranquilidad que intentar ver demasiado en poco tiempo.
Con un poco de planificación puedes organizar muy bien qué hacer en Mallorca en tres días, aunque no podrás verlo todo pero te servirá como «aperitivo» para querer volver y enamorarte de esta isla.
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